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LAS VERGÜENZAS DE LA SALUD MENTAL

Actualizado: 2 dic 2023

El foco de la pandemia descubre las vergüenzas de la salud mental en España.


El año y pico de pandemia nos ha dado un baño de realidad: “la salud mental en la población española cae en picado, y debajo no hay red [Nel González Zapico, presidente de la Confederación SALUD MENTAL ESPAÑA].

Bueno… red hay, pero está comprobado que no asegura el descalabro. La red de sanidad y servicios sociales públicos no cuenta con los suficientes recursos, ni con una estrategia planificada para atender las demandas de nuestra salud mental.

El documento oficial de referencia que define la mencionada red de atención en salud mental es: “La Estrategia en Salud Mental del Sistema Nacional de Salud”. Este documento supone un esfuerzo de análisis, reflexión y acuerdo entre un equipo de coordinación científica integrado por todos los actores del sector (Ministerios, Sociedades Científicas, Comunidades Autónomas, Organizaciones de personas con enfermedad mental y sus familias, etc.). Pues bien, el documento lleva 8 años “caducado”. No se ha actualizado desde el año 2013.

El presidente del Gobierno, Sr. Sánchez, el 17 de marzo aseguró en sede parlamentaria al Sr. Errejón (diputado de Más País), que se está trabajando en la actualización de la Estrategia de Salud Mental del Sistema Nacional de Salud, con una dotación reflejada en los Presupuestos de 2,5 millones de euros. ¡Dinero para “tejer la red” parece que ya hay!

También parece que no hay discusión en que solo una Estrategia de Salud Mental de ámbito nacional, planificada y acordada por un equipo de coordinación científica como el que antes he descrito, puede favorecer una atención en salud mental profesional, de calidad, coordinada, complementaria y mantenida durante el tiempo que sea necesario a lo largo del ciclo vital de la persona que lo necesite.

Las personas con desajustes emocionales importantes, sufrimiento psíquico prolongado, alteraciones del comportamiento graves, o personas con enfermedad mental y sus familias no saben, ni tienen por qué conocer cómo funciona el “sistema de atención en salud mental”. Pero sí tienen derecho a que cuando lo necesiten funcione, funcione bien y funcione durante todo el tiempo que sea preciso.


También cada uno de nosotros como profesores, empresarios, profesionales de la salud, políticos, familias, estudiantes, trabajadores, miembros del diverso tejido asociativo…, tenemos un papel importante en el tejido de esa red imaginaria de la que estoy hablando. Porque no nos confundamos: a muchas personas con problemas de salud mental les ofrecemos un psiquiatra, un psicólogo, un grupo terapéutico, una medicación… porque no tenemos otra cosa. En realidad, lo que nos están pidiendo es: un amigo/a, un grupo de pertenencia, un trabajo estable, un lugar donde vivir de manera saludable, un tiempo de desconexión y descanso, una adaptación curricular académica o una formación específica, entre otras cosas.

Probablemente hacemos como la persona del chiste que, en plena noche, miraba al suelo buscando su cartera en la porción de calle iluminada por una farola, porque era el único lugar de la calle donde se veía. En realidad, aquella persona sabía que perdió la cartera en la oscura acera de enfrente, donde no había farola.

Deseo que la actualización de la Estrategia de Salud Mental del Sistema Nacional de Salud “busque la cartera” de la atención a las personas con enfermedad mental y sus familias donde la hemos perdido y no donde más cómodo nos resulte buscar.

De lo contrario, gastaremos 2,5 millones de euros y pasaremos otros 8 años buscando soluciones donde no están los problemas.

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